Pablo, converso en el camino hacia Damasco, trasladó los Evangelios a griegos y romanos antes de su martirio en Roma en el año 65. Pablo de Tarso, es uno de los personajes que más han contribuido a fraguar el pensamiento y la cultura occidentales.
De origen fariseo, participó en las primeras persecuciones contra los cristianos. Pero durante un viaje a Damasco y según su testimonio,, poco después de la crucifixión de Jesucristo, éste se le apareció y se convirtió a la nueva fe, que por entonces era considerada una secta herética del judaísmo. Desde entonces, San Pablo se transforma en el más ardiente propagandista del cristianismo, que extendería también entre los gentiles: viajó como misionero por Grecia, Asia Menor, Siria y Palestina; y escribió misivas (las encíclicas) a diversos pueblos del entorno mediterráneo.
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